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Fútbol
La Eurocopa 2006
Hay quienes dicen que el Mundial de Fútbol es una Eurocopa más Brasil y
Argentina. Lo de este año les da la razón. Tenemos dentro de 48 horas en
Berlín un remake de la final de la Euro 2000 con un cuarteto similar al de
hace 4 años en Holanda. En una semifinal Italia eliminando al anfitrión
(aquella vez los naranjas, ahora los alemanes) y en la otra Francia –
Portugal con triunfo galo por un gol y con penal de Zidane (aquella vez
con gol de oro) Y también se han confirmado las tendencias históricas:
Italia reafirmó que es la “bestia negra” de los alemanes y Francia siempre
ha eliminado a Portugal en la semifinales (Eurocopas 1984 y 2000) Es decir
que si siguen cumpliendo los rituales todo apuntaría a que Zizou podría
levantar la Copa el domingo, pues Francia se ha convertido en el “coco” de
Italia de 1986 a la fecha, con el precedente de la final increíble de
Rotterdam y con el dato adicional de salir campeón siempre que ha sacado a
los portugueses en un torneo.
Pero no estoy tan seguro que la tendencia se mantenga. Será un partido
cerradísimo entre 2 buenas defensas con 2 ajedrecistas en los bancos. Sigo
pensando, como afirmé en la primera columna de este Mundial, que Italia
tiene un plus: el DT Marcello Lippi, quien demostró el martes que es un
gran estratega. Claro que al frente está Zidane quien pase lo que pase ha
confirmado que ha sido el mejor jugador de los últimos 15 años. Pero para
que italianos y franceses llegaran a esta final inédita e inesperada
pasaron muchas cosas en una semana.
El último tango en Berlín:
Hace 4 años fue en Miyagi, hace 8 en Marsella y hace 12 en Los Angeles (y
dentro de 4 será en Johannesburgo?). Y ahora en Berlín con todos los
honores. Argentina murió invicta, con las botas puestas, con un triunfo
que le pasó por las narices, dejando ir un partido a 13 minutos del final
cuando le dio vida a unos alemanes decepcionantes gracias a una mezcla de
malos cambios, de ceder el balón y de mala suerte (la lesión del Pato que
obligó a quemar un cambio) Duele cuando se ha sido más y cuando se ha
buscado el juego tras el empate, con el anfitrión esperando los penales. Y
duele cuando se siente la triste realidad de “haber sido y ya no ser” como
dijera El Gráfico en 1998 tras la estocada de Bergkamp. Argentina lleva 16
años sin estar en semifinales y eso es increíble para un fútbol tan grande
y con una generación que se fue sin ganar un Mundial (la de Bati y Simeone)
y con otra que ha ganado todo en juveniles pero que necesita revalidar eso
en mayores. Aquella tarde Alemania pasó mostrando muy poco pero con mucha
solvencia en los penales. A Pekerman se le agradece la decencia, pero le
faltó convicción en el banco en la misma proporción que su equipo le sobró
entrega en la cancha. Y desde aquí un aplauso para Ayala, quién
desafortunadamente siguió esa tradición de que el mejor hombre en la
cancha falla en los penales. Y la tristeza de saber que se acabó el
Mundial y Riquelme no se dio cuenta. Y que nos toca esperar 4 años para
ver de nuevo a Messi.
Adiós al “jogo bonito”:
Ni jogo, ni bonito. Lo de Brasil en este Mundial fue un fiasco. Pasó lo
que se preveía: cuando se cruzaran con un equipo que los pusiera en
prueba, iban a sufrir. Y ese equipo fue el mismo que les pasó por encima
ahora como hace 8 años, con un Zidane inspirado y cortando una racha de 11
juegos ganados en línea en Mundiales. Lo del sábado no fue tan aplastante
como lo de París 98, pero Francia fue de nuevo superior. Por un lado este
fracaso deja al desnudo que Brasil nunca formó un equipo, que el favorito
de todos nunca gana el Mundial, que como dijo Eduardo Arias “no hay nada
más detestable que la zalamería que se genera alrededor de la
verdeamarelha” y que fue mucha la arrogancia con la que afrontaron este
torneo. Pero aquí se sigue pensando que los arrogantes son los argentinos.
A mí me da tristeza por tipos como Cafú y por Ronaldinho, que pasó sin
pena ni gloria por Alemania, cuando estaba en la edad ideal para hacer
algo como lo de Maradona en el 86. Quizás la temporada le pasó factura con
muchos juegos encima, pero queda para el recuerdo que a la hora de
presentar credenciales en el Mundial quedó en deuda. Veremos que pasa en
Sudáfrica con 30 almanaques a cuestas.
Los tiene de hijos:
Se fue Inglaterra. Y probó que el Mundial (y la Eurocopa y todo lo que
juegan) le pesa, que no puede con el favoritismo y que esta generación no
ganó nada a nivel de selección. Erikson nunca supo lo que es una semifinal
y creo que el regreso a casa fue justo. Cero y van 3 y definitivamente
Scolari les cogió el tiro, prolongó la paternidad y mostró que es un
triunfador aun cuando no gana el título final. Al menos con Felipao esta
generación portuguesa llegó a la final de la Eurocopa y estuvo a las
puertas de una final del mundo. Y eso no es poco. Portugal propuso un
juego práctico, con un sistema defensivo fuerte, un arquero inmenso y un
Figo que lo dejó todo en la cancha. Ahora sólo queda el honor de la
medalla de bronce contra los alemanes.
Los finalistas:
Italia llegó a las semifinales, con apuros frente a Australia y sin
despeinarse contra los insípidos ucranianos. Y contra Alemania probó la
fuerza de la historia, su paternidad sobre los teutones, su solidez
defensiva (el único gol recibido lo hizo un italiano) y la astucia de su
técnico que buscó el triunfo en el tiempo extra para evitar otra
frustración en los penales. Llega con la moral arriba, con actuaciones
individuales destacadas como las de Pirlo, Cannavaro y Buffon y siguiendo
la costumbre de ser finalista cada 12 años, con la inevitable alusión de
las similitudes de las circunstancias actuales a las de España 82. Aparte
del DT, tiene la ventaja de la necesidad histórica de un título esquivo
para un equipo que en 24 años sólo ha perdido 4 juegos mundialistas. En el
camino dejó a una Alemania simplista, que llegó a su mejor nivel en
octavos para ir decayendo. No era justo que los penales les volvieran a
dar una clasificación inmerecida como pasó frente a Argentina. Ahora viene
la amargura de jugar el sábado 8 cuando todo estaba listo para hacerlo el
domingo 9 en Berlín.
Ahí estará Francia, que resurgió de sus cenizas y espera a Italia tras
ganar 3 finales sucesivas. Y con la alegría de recuperar la clase de la
vieja guardia con Barthez, Thuram, Viera, Henry y ante todo Zidane, todo
un símbolo para un equipo que ha llegado a 2 fínales en 8 años, haciendo
olvidar el papelón de 2002 en Asia. El domingo será el broche para una
generación que lo ganó todo, pero que quiere más. Llega con una gran
fortaleza en la retaguardia y cumpliendo el vaticinio de Domenech quien se
la ha pasado diciendo que su objetivo era llegar al 9 de Julio.
Faltan 2 juegos para terminar un Mundial que ha redimido a los grandes. Un
mundial con acento europeo y con la tendencia de pocos goles y defensas
fuertes. La final será la muestra clara de ello. Queda la alegría que
podremos ver a Zidane cerrando su carrera en una final del mundo, aunque
muchos lo jubilaron antes de tiempo. Pero al frente está Italia y llegó la
hora de cobrar una deuda de 6 años cuando en una tarde holandesa el título
de Europa cambio de dueño en un segundo.